Conversando con: Coral Campos

Coral Campos Conca estudió Física en la Universidad Central de Venezuela, sin embargo, el cacao y chocolate venezolano lograron cautivar su corazón para convertirla en una apasionada emprendedora del chocolate, quien después de mucho esfuerzo, dedicación y trabajo duro, puede sentirse orgullosa de cada una de las exquisitas propuestas que ofrece a través de Chocolates Malua 21, emprendimiento que lleva adelante desde el año 2018.

¿Cómo lograste ser parte del Proyecto Venezuela Tierra de Cacao?

Comenzando la pandemia, me enteré del Proyecto Venezuela Tierra de Cacao y me inscribí, teniendo el honor de ser seleccionada para ser parte de la segunda Cohorte de Bombonería, siendo la primera vez que se impartía de manera online. En esta ocasión, tuve la oportunidad de aprender a realizar bombones, logrando así despertar de nuevo mi inspiración y creatividad por esta actividad. Desde ese momento, el apoyo del equipo de Trabajo y Persona me ha llevado a realizar y aprender muchas cosas que nunca pensé que lograría, desde la formación de los bombones hasta como poder obtener costos y tener una buena presentación y comercialización.

¿Cómo fue tu experiencia dentro de la formación?

Gracias a Tierra de Cacao, a la Unión europea y a las Cámaras de Comercio Francesa e Italiana, he conseguido experiencias únicas, desde la Cata de Chocolate y Cocuy, donde pude hacer brillar mis chocolates, hasta el Concurso de Chocolate. Todo este empuje y entusiasmo que me han proporcionado me ha llevado a comercializar mis productos, avanzando poco a poco y con esperanzas y ansias de pronto poder llegar a muchos espacios. No tengo palabras para agradecer todo lo que me han ayudado e inspirado.

¿Cómo surgió tu emprendimiento?

Mi emprendimiento surgió a finales del 2018, al escuchar una charla de María Fernanda Di Giacobbe donde hablaba del chocolate y todo el proceso que conlleva hacer una tableta, al ver la pasión con la que hablaba de su trabajo y la belleza y delicadeza que envolvía todo el tema, inmediatamente quise aprender más sobre ese hermoso mundo, lo cual me llevó a inscribirme en el diplomado Bean to Bar que realiza la Upel, en el cual no solo logre hacer mis primeras tabletas, sino que también conocí a gente maravillosa como es mi maestra la Chef chocolatera Durbin Serrano, quien me guio paso a paso por la hermosa senda del cacao. Gracias a este diplomado, y a la ayuda de mi maestra, logré por primera vez formular desde la semilla mi primera tableta de chocolate, esto me llenó más de emoción y me inspiró a dirigirme a mi alma mater, la Universidad Central de Venezuela, de donde tengo una licenciatura en Física, allí gracias a la dirección de la Doctora Elevina y al gran equipo de profesionales que la acompañan, logré aprender todo el mundo científico que rodea al cacao, desde cómo llevar una buena y eficiente práctica en los procesos de plantación, fermentado, secado y tostado, hasta todos los procesos químicos y beneficios que pueden obtener de esta semilla.
Después de toda esta preparación, me vi lista y decidida a iniciar mi propio emprendimiento llamado Chocolates Malua 21, donde junte mis dos grandes amores, el cacao y mis hijas, teniendo así el nombre Malua, que no solo es el que posee mi hija mayor, sino que también significa pureza en lengua Pemón, y no existe algo más puro que nuestro cacao; además de uno de mis números de la suerte que es el 21, siendo el día que nació mi hija menor, y así después de un tiempo realicé el logo que incluye una hermosa india para representar la belleza y diversidad de Venezuela y así poder consolidar mi emprendimiento.

¿Qué le dirías a otras personas que quieran emprender en el mundo de la chocolatería y el cacao?

A todos los emprendedores, no importa si están empezando o ya tiene tiempo con su negocio, les puedo aconsejar que nunca dejen de soñar, que somos como una semilla de cacao, que con un poco de imaginación, ilusión y trabajo podemos llegar a hacer increíbles obras de arte como es el chocolate.

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Conversando con: Carmen Carmona