Conversando con: Letty Navarro

Cerramos el año con broche de oro, compartiendo con todos nuestros lectores esta maravillosa entrevista que le realizamos a Letty Navarro, Emprendedora del Chocolate formada por el Proyecto Venezuela Tierra de Cacao, quien enaltece el valor del cacao y chocolate venezolano con los deliciosos productos que ofrece en su emprendimiento "ChocoVelvet".

¿Cómo fue tu participación en la formación impartida por Venezuela Tierra de Cacao?

Fue una montaña rusa cargada de emociones y de retos.  De hecho, con menos de 6 meses de experiencia con el chocolate, me atreví, con esperanza intencional, a participar en la convocatoria del Concurso de Chocolatería Artesanal de Venezuela Tierra de Cacao. Desafié mis miedos y preparé unas tabletas con chocolate 70% y praliné de maní con caramelo y jengibre.  
Allí tuve la oportunidad de compartir con los grandes cacaos de este tiempo; aquellos que en silencio brillan y transforman nuestro país. Desde los que siembran, hasta los que son artistas con pinceles con aroma de chocolate.

¿Qué fue lo que más te gustó de tu paso por la formación?  

Lo que más disfruté en este camino que apenas comienza, pues soy una aprendiz, fue el contacto virtual y cercano tanto con las autoridades de las organizaciones, facilitadores, maestros, y por otro lado, la sintonía con las emprendedoras del cacao que conformamos esta comunidad.  

¿Cómo ayudó tu proceso formativo a impulsar tu emprendimiento? 

Por su perfil holístico e integral, el proceso formativo me permitió distinguir y amalgamar mi motivación con ChocoVelvet, como start-up. 
Soy una madre cuyo corazón se halla en París. Entendí que el crecimiento de mi hija, Stefanie Andrea, se perfilaba como denso y con pausas en la ciudad de la luz. En mi caso, la pandemia se convirtió en una oportunidad de migrar hacia adentro, y en medio de la soledad, surge el chocolate como “Dulce Caricia”. He vivido, en carne propia, la experiencia de tener el corazón fragmentado y por eso, hoy quiero compartir esa caricia para acercar corazones y afectos cuya distancia de separación intensifica y profundiza el amor. Esto pude apreciarlo con claridad en este proceso formativo.

¿Qué representa para ti el cacao y el chocolate?

Representa el giro y la transformación genuina que le di a mi vida con la “Dulce Caricia” del chocolate.  Como docente, coach y facilitadora, entendí como combinar estas disciplinas con el chocolate.  Ahora soy coach chocolatier y estoy desarrollando y facilitando una certificación en esta área para formar a otros.
La trayectoria en coaching y facilitación de procesos emocionales y transformacionales me ha permitido combinar esos talentos para desarrollar “La Cata de Emociones”: una experiencia sensorial para apreciar las emociones en compañía del chocolate.  
En el campo comunicacional, conducía un programa radial relacionado con el coaching; me enamoré del cacao y chocolate venezolano y decidí cambiar el enfoque y de allí surge  Happy Hour con Chocolate.  Una propuesta para darle visibilidad y promover la solidaridad que recibí en compañía de Trabajo y Persona, Venezuela Tierra de Cacao, maestros, aliados e  instituciones que nos brindan su apoyo. Happy Hour con Chocolate se transmite todos los viernes a la 1:00 pm por Radio Sintonía. 

¿Cómo surgió la idea de tu emprendimiento? 

La idea surge al entender que la cocina es un genuino acto de amor, pues se transforma en una oportunidad de disfrutar por dos vías: entregar y recibir. El chocolate va en la búsqueda de ese gesto en la cultura, y en el  que se entrecruzan historias personales con el alma colectiva para llegar más allá del paladar y superar fragmentos del discurso amoroso.
ChocoVelvet propone un relato para apreciar el chocolate como esencia de nuestra memoria afectiva que nutre en muchos sentidos para ofrecer una “Dulce Caricia”. 
La nostalgia del venezolano en el exterior siempre tiene un sabor particular; podría decirse que la patria va de la boca al corazón. Ésta es una propuesta emocional pues el chocolate se constituye en una síntesis del sentimiento de pertenencia. Un chocolate que se codea con el ají dulce, el mango,  el papelón, la mandarina confitada, el ganache de malojillo con toronjil, definitivamente,  es venezolano, dondequiera que esté. De manera tal, que el chocolatier lidera este proceso con pasión y excelencia pues entiende la responsabilidad de entregar sabores, sonidos, texturas y aromas de la tierra.  
En la gastronomía los labios, la boca, se convierte en un elemento seductor; y en esta propuesta, además la asociamos con el beso como una “Dulce Caricia”. 
Es un bombón cargado de emociones que plasma elementos de la cultura venezolana y conecta dos contextos que convergen en un mismo sentir. 




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