Conversando con: Maryam Rodríguez

Maryam Rodríguez es una valiosa emprendedora del chocolate egresada del proyecto Venezuela Tierra de Cacao, oriunda de Carúpano-Paria, quien ama profundamente estas tierras y por ello ha decidido emprender en el mundo de la chocolatería artesanal, contribuyendo de esta manera con el renacer de una nueva Venezuela.

¿Qué representa para ti tu emprendimiento?

Para nadie es un secreto que hablar de cacao es hablar de Venezuela y viceversa, y la vida me ha permitido conocer y ser una apasionada de éste mágico rubro.
Mi emprendimiento representa para mí la forma en la que puedo darme a los demás, vivir desde la gratitud y el respeto por la naturaleza, enseñar y compartir con otros sobre éste viaje ancestral cargado de esfuerzo e independencia como lo que representa trabajar con el cacao.

¿De dónde surge la idea de emprender en chocolatería artesanal?

La idea de emprender surgió ante la necesidad de sentirme útil en algo que me guste hacer y que al mismo tiempo me generara ingresos, y gracias a las capacitaciones recibidas por el Proyecto Venezuela Tierra de Cacao he podido adquirir los conocimientos, habilidades y amigos necesarios para hacer éste camino como emprendedora en el área del chocolate.

¿Cuál fue el aprendizaje que te dejo el proceso formativo que recibiste de parte del Proyecto Venezuela Tierra de Cacao?

He aprendido que lo importante no es empezar un emprendimiento sino mantenerse, y lo que me inspira cada día son las ganas de seguir haciendo cosas auténticas, de ser parte de los venezolanos que estamos trabajando duro para levantar al país, me inspira la admiración que la gente que valora mi trabajo me expresa, me inspira la necesidad de seguir enseñando a la gente sobre el rubro porque aún hay mucha gente y sobre todo venezolanos que saben que tenemos el mejor cacao pero no por qué; que piensan que el consumo chocolate es dañino y eso no es verdad.

¿Qué es lo más valioso de aprender el oficio de la chocolatería artesanal?

Aprender el oficio del chocolate de algún modo te da un pié o el impulso a adentrarte en una comunidad donde lo que se encuentra es gente apasionada, buena y que cree en el trabajo en equipo y la solidaridad. Porque aunque trabajemos con los mismos materiales y utilicemos los mismos utensilios, cada uno tiene su propia magia y forma de hacer las cosas y eso hace que se fabriquen chocolates auténticos como sin cada una de las variedades del cacao, cómo somos todos y cada uno de los venezolanos.


 

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Hablando el lenguaje del cacao