EL CACAOTERO: Árbol que nos regala la magia del cacao

En 1753, Carl von Linn, científico sueco del siglo XVIII, le dio a la planta de cacao el nombre científico de "Theobroma cacao", que significa literalmente "Alimento de los dioses".

El cacaotero es notablemente difícil de cultivar, es un árbol que se niega a dar fruto fuera de una franja de 20° al norte y 20° al sur del Ecuador. Y en esa banda tropical, tampoco está satisfecho si la altura es tal que se presentan temperaturas inferiores a 16° centígrados. Además, el cacaotero exige agua todo el año.

El cacaotero florece a partir de cojincillos en el tronco y las ramas principales, distribución conocida técnicamente como "cauliflora", que es una respuesta al nicho ecológico en el que florece el cacaotero, el sotomonte húmedo y sombreado. Desde que se domesticó el cacao los cultivadores han mantenido esa sombra al intercalar en sus plantaciones árboles más altos de otras especies. Los árboles que se han plantado para darle sombra al cacao no están allí para proteger del sol al cacaotero, sino para mantener las poblaciones de mosquitas.

Las pequeñas flores del cacao tienen cinco pétalos y son polinizadas exclusivamente por mosquitas que prosperan en ese entorno. Los desechos naturales del piso del bosque tropical como hojas caídas, animales muertos y maracas podridas de cacao producen el medio húmedo, revuelto y perfecto para servir como criadero ideal de estas mosquitas polinizadoras. De los muchos centenares de flores que produce cada año una planta de cacao, sólo entre el 1 y 3% llega a convertirse en fruto. Una vez polinizada la flor, llega a producir una gran fruta, conocida como maraca o vaina.

Las maracas de cacao tienen en su interior una dulce y jugosa pulpa blanca que envuelve los granos que contienen las semillas, que tienen un sabor amargo. Una maraca puede alcanzar una longitud de 15 a 25 centímetros, albergando en su interior entre 30 y 40 semillas de cacao.

La planta misma no tiene ningún mecanismo por el cual los frutos puedan abrirse para dispersar las semillas, esta tarea deben hacerla los seres humanos en las plantaciones de cacao doméstico. Cuando esas semillas se plantan en suelos adecuados germinan en pocos días, dando lugar a un cacaotero que tardará unos tres o cuatro años en dar frutos.

Los granos del cacao se caracterizan por ser amargos debido a los alcaloides que contienen, pero la pulpa se podría considerar deliciosa. Seguramente fue ésta la que atrajo inicialmente a los seres humanos hacia el Theobroma Cacao. Los frutos tardan de 4 a 5 meses en alcanzar su tamaño adulto, y un mes más en madurar por completo. Una vez abiertas las vainas y extraídos los granos de la pulpa que los rodea, se requiere un procesamiento de las semillas que incluye los siguientes pasos: fermentación, secado, tostado, descascarillado y molienda.

En un año, un cacaotero maduro puede tener 6.000 flores, pero sólo 20 maracas. A pesar de que sus frutos maduran durante todo el año, normalmente se realizan dos cosechas: la principal (que empieza hacia el final de la estación lluviosa y continúa hasta el inicio de la estación seca) y la intermedia (al principio del siguiente período de lluvias), y son necesarios de cinco a seis meses entre su fertilización y su recolección.

El cacaotero tiene una longevidad de aproximadamente 40 años. Un único árbol puede llegar a dar 100,000 flores al año, las cuales tienen una vida muy corta de solo 48 horas.

El cacao es un producto muy cotizado en los mercados internacionales, pues el chocolate, principal producto que se obtiene de él, es consumido masivamente a nivel mundial. Los precios del cacao son variables y giran en función de su tipo, calidad y sabor.

Venezuela es un país afortunado, ya que no solo posee el clima y la tierra ideal para producir cacao, sino que es considerado como uno de los países en el que se produce el mejor cacao del mundo. Por ello, es momento de tomar consciencia de este hecho y comenzar a valorar más estos recursos naturales tan valiosos y con tanto potencial para activar nuestra economía como el propio petróleo. ¡Valoremos el cacao venezolano! ¡Sembremos futuro, sembremos cacao!



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